lunes, 30 de enero de 2017

Despacito, en "las solanas del Carmen"



No sabes cuanta falta te hace, hasta que escuchas de nuevo el traqueteo de un furgón cargado de valientes,  No sabes cuánto lo has echado de menos, hasta que sientes el abrazo del cuero de tus zahones en la cintura, No sabes cuan necesario te son estos ratos de suelta, hasta que escuchas el primer “clan” de la puerta del furgón al abrirse.

El sábado, llegó así como llegan las cosas que de verdad importan, despacito.  Rumbo a “las solanas del Carmen” un rincón desconocido pero que al primer vistazo conquista,  no es bonita es hermosa, se te pierde la vista contemplando esos jarales, la llegada a la suelta trasmite paz, sosiego, simplemente una mano dulce, se mezcla lo bonito del  rincón con la buena compañía…. Supongo que en días así, hasta el tiempo quiere colaborar y nos deja una mañana azul que deslumbra, sin aire… una mañana para el disfrute de los sentidos.

Los valientes de la Rehala “Navaobejo” ansían en ganas de pisar monte, pero tengo que decir a boca llena, que esta vez era yo la que juntaba en mi cuerpo las ganas de esos valientes y los superaba por goleada.  Tenía en mí, mientras abrochaba mis zahones, el nerviosismo de aquellas primeras veces, la incertidumbre mezclada con la seguridad que da la compañía, son esas ganas mezcladas con ese miedo, las que hacen que esta suelta no sea una más de una lista de días vividos, estas sueltas son de las que marcan a fuego la pasión que llevamos dentro.

Mi Pabli, que según lo veo está dejando de ser ese niño que se ponía mi chaleco y se refugiaba de la lluvia en los días duros, cuanto más lo miro y más lo escucho, más hombre le veo y con más nostalgia le recuerdo en aquellos comienzos,  cierto es Adolfo que a ti te hace viejo pero es que a mí me hace mirar también el paso del tiempo. Qué bonito es verle las ansias en la mirada, cuanto le queda por recorrer y las ganas que tiene de recorrerlo junto a su padre.  Caminar junto a él, hace que una suelta sea todavía más divertida…. Su mente inquieta da vida.

Así comenzó la mañana, cargada de emoción, demasiado tiempo…. He dejado pasar demasiado tiempo, o quizá es que me estoy volviendo muy sensiblera con los años.  La suelta, con paso firme a unas jaras que te doblan en tamaño, las ladras que resuenan como música para mis oídos, los silencios…. Esos que llegan cuando un puntero comienza a latir y lo siguen el resto….ese silencio que queda alrededor cuando todos los perros corren al unísono…. Esos silencios son los que pegan un pellizco y me recuerdan porque esta forma de cazar me conquisto hace años….

Los tiros que se escuchan,  ponen música a la mañana, las voces de los perreros perdidos entre jaras cargan de intensidad las horas, esas que pasan sin darnos cuenta, hasta el punto que cuando llegas al choque y la voz del guía te indica que des la vuelta, maldices bajito que acabe, lo haces como te piden, despacito,  y pensando para dentro, quien puede llevar prisa por aquí¿?. Vuelves, despacito, disfrutando cada paso, agarrando fuerte  cada jara, saboreando cada segundo de los que quedan por esa  finca.
Así transcurrió la mañana del sábado, entre ladras, olor a jara y sabor a montería.  Reencontrándome con esa pasión que no se duerme, que no se apaga, a la que aunque le de descanso siempre revive con más intensidad todavía que la última vez.

Pusimos final a un sábado quizá falto de ladras pero no de sentimientos, quedándome de nuevo con una gran lección aprendida, y es que pude confirmar que esto del cazar con Rehala, es el mayor de los privilegios, es la forma de cazar que te enseña a disfrutar despacito, como se besa, se ama y se caza…. Despacio. 

Salí de “las solanas del Carmen” quedándome con ganas de más, de más suelta, de más ladra, de más montería, pero dando gracias por este rato, que tanto necesitaba. A quien entró hoy aquí a leer sobre tiros, lances y agarres, lamento decepcionar, pues hoy es mi corazón quien escribe y pasados los días solo recuerda como las piernas me temblaron al recibir el dulce beso que dan las jaras….

Siempre con ganas de mas.


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