miércoles, 14 de marzo de 2018

Para comenzar: "un fin de fiesta" ( el 1-0)



Pienso que para poder valorar lo que es la Montería, para poder decir que nos apasiona, tenemos que conocerla.
Siempre he dicho que Montear es como amar, y que no es lo mismo que enamorarse.. nos podemos enamorar de algo que no conocemos y cuando lo conocemos no llegar a amarlo. A la vez que darse el caso en el que el enamoramiento más fuerte, cuando lo conoces convertirse en el amor de nuestra vida. Con la Montería pasa igual, nos podemos enamorar ciegamente de una suelta, de una postura, de un lance. Pero si nos presentan todo lo que ha tenido que suceder para que tú puedas estar en tu postura, quizá esa enamoramiento se disipe y desaparezca o quizá valoremos cada esfuerzo y entonces si, lleguemos a amar por encima de todas las cosas esta forma de cazar.

Por eso no podemos perder la oportunidad que nos brinda el destino, cuando nos invitan a acompañar por ejemplo, en tareas de guardería, o en todo ese pre-montería tan poco conocido.
Ese privilegio fue el que me brindo mis ojos claros este inicio de temporada. Y ante tal propuesta, una mente inquieta nunca nunca nunca dice que no.

Así nos dirigimos, cambiando las solanas andaluzas por las tierras extremeñas, Cáceres. Iguales pero distintas.

Recuerdo el calor asfixiante, ese que hacía que la tierra estuviera abierta y dura, condiciones feas para comenzar una temporada. El lugar, impresionante para mis ojos claros bien conocido durante todo el camino te narra lo que vas a ver, lo que vas a hacer. La forma en la que se disponen las armadas, ilusión y ganas. 

La llegada es más que emocionante, te subes en un coche guiada por quien se ha hecho cargo de las tareas de mantener y echar de comer, tengo el gusto de poder ver los primeros venados y muflones en su estado más puro, tranquilos, habituados a su rutina, realmente la montería promete.

Tras abandonar el coche, me inquieta porque un lugar tan tranquilo, necesita de tareas de guardería, si llevan meses preparando con esmero el lugar. Como siempre y todo en la vida, hay que rascar un poco para darte cuenta de que no es oro todo lo que reluce.

la noche comienza a caer, con el brillo de una luna llena inmensa y cercana, deja disfrutar de una noche sin aire, tranquila, se respira paz.
La figura de quien guarda, siempre es serena pero nunca es tranquila. Hacen acto de presencia por aquellos lares, diferentes personajes, desde el que trabaja con el ganado en la finca, hasta el que vende la caza que compra a un propietario, o algun guarda vecino, junto con el amigo de confianza… un ir y venir de los que venden entre ellos ser amigos y teniendo todos un mismo objetivo “que la montería se de bien porque así todos ganamos”

empieza el circulo vicioso que da para un libro. Cada personaje tiene detrás su historia, en las que siempre reinan los intereses personales. Esta ese que quiere llenarse los bolsillos, todo son euros en su cabeza, que si por las carnes, que si con los puestos que puedo meter. Esta aquel otro, que tiene rehala y a toda costa deja claro que su rehala caza en esta montería si o si, y la de su amigo, y la de su primo. Alguno parece un convidado de piedra, de los que observan que ni hablan ni paulan pero están.

Entonces comienzo a darme cuenta, que no solo guardas una finca para una Montería, estas guardando la mano humana, esa que a veces mece la cuna.

En la conversación, se sueltan y vas descubriendo, que estas en tierra hostil.
De vez en cuando se pega un refregonazo a aquello que paso aquel dia, a como pincharon las ruedas a aquel otro, un largo ir y venir de anecdotas rocambolescas que te ponen el cuerpo de punta. pero para tranquilizarte, sueltan ese algo como  " este año en esta no va a haber problema, esta todo bajo control".

Asi comienza la primera noche en vela en aquellos lares, como el monte cobra vida de noche, como los animales se mueven en busca de comida o agua, como demuestran ser dueños de sus terrenos  y tu eres un siemple invitado silencioso.

Observar a mis ojos claros en esta ardua tarea me conquista una vez mas, como se mantiene sereno, como permanece atento, como te enseña, el saber si los animales permancen tranquilos, los ruidos, las luces.... a dominar los caminos y conocer los senderos. 

El dia nos coge la vez, y el sueño o el cansancio no es una opcion. Ha pasado la noche sin sobresaltos. Estamos oficialmente a un dia de la monteria, y todo parece que va segun lo previsto.
durante el dia nos turnamos en descansos, que el cuerpo no parece necesitar, a mi se me ha contagiado ese nerviosismo que hace que el cuerpo permanezca en una continua alerta.

Es con la caida de la noche, cuando se roza el limite con la madrugada, en esa calma sostenida que se mantenia cuando de repente, un sonido sordo nos saco de la tranquilidad, acto seguido a ese sonido que nos paralizo y nos pego un pellizco en el corazon, una rafaga que ilumino el cielo y la tierra.
La rabia se hizo dueña de los dientes, nos movimos rapidos, pero poco habia ya que hacer, acababamos de sentir en nuestra propia piel el sabor del "chanteo". ese conocido por todos, pero ignorado por tantos. Las horas volaron, la rabia iba dando paso a la tristeza, los primeros en acompañarnos tras la primera llamada, los organicos de esta monteria.

En sus caras decepcion y mas rabia, inaudito.... el carril adyacente se lleno cual feria de pueblo tras los fuegos artificiales (nunca mejor dicho) aparecian todos los personajes de esta historia, cada cual con su hipotesis, "esto ha sido este, porque no le dimos aquello" " esto ha sido aquel porque no pagamos el impuesto revolucionario" un ir y venir de suposiciones, caras de rabia y descontento (unas mas que otras) sospechas e indicios.

Con la presencia de la guardia civil se disipan casi todas las suspicaciones y se reafirma un dato, estamos en terreno hostil, donde el chanteo es mas temido que el furtivismo y mucho mas dañino.. sopresa e incredulidad mezclados con mas rabia.

El sol comienza a verse de nuevo en el horizonte, el tiempo ha volado, al organico le toca dar explicaciones a sus clientes, esos que se disponian a dar uso al gatillo el primer dia de la temporada, esos que acuden con ilusion y confianza, esos a los que las migas les van a tener un sabor agridulce, tan agridulce como los dias que este hombre lleva pasados sumado a la noche de "que echo yo ¿?"
Todos los alli presentes tuvieron a bien entender que esto tambien pasan a ser "cosas de la caza" solo que son cosas de esta caza que se barren debajo del sillon, cual pelusa.

Aquel comienzo de temporada ya me hizo darme cuenta, que estaba ante una temporada totalmente diferente a lo vivido hasta ahora. Avandone estas tierras con un "hasta pronto" pues la monteria se iba a dar si o si, asi como las otras que quedaban en la misma zona, las cosas no iban a quedar asi, y este relato tiene un continuará...

El "chateo" ese arte silenciado, ese al que mueven rencillas personales, economicas.... ese que tiene una pequeña gran "mafia" con la que muchos consiguen hasta cazar gratis en algunas regiones, lugares donde te imponen un "impuesto" si quieres cazar. Juegan con el miedo, tiene sangre fria, dobles caras....
Asi comenzo el juego en este rincon de Cáceres donde el marcador se puso en un claro 1-0, y los cordobeses volvimos con las orejas agachadas pero sin meter el rabo entre las piernas...

Continuara....